¿Imaginas un autobús a más de 250 km/h? La historia (y la carrocería) del Superbus
15 metros de longitud, 23 pasajeros, más de 800 caballos y 6 ruedas. Estos son los imponentes números del superbús al que, por cierto, hay que añadir la velocidad máxima que podía alcanzar: 210 kilómetros por hora.
Ahora se entiende mejor esta locura del mundo del automóvil que nació a principio de los 2000 en los Países Bajos. Un consorcio de empresas (la aerolínea KLM, las petroquímicas Sabic y Doen o el gigante de la ingeniería Koning&Hartman) junto con la Universidad de Delt y en colaboración con el astronauta neerlandés de la NASA, tuvieron una idea.
Pensado como un medio de transporte de pasajeros, el Superbus estaba preparado para correr por su propia plataforma, independiente de las autopistas. En los años de bonanza de la economía, justo antes de irrumpir la gran crisis financiera de 2007. El Gobierno neerlandés invirtió casi 7 millones de euros en esta locura del automóvil.
Diseño radical
Con una carrocería totalmente fuera de lo normal, pegada completamente al suelo para aprovechar toda la aerodinámica posible, el Superbus tuvo que adelgazar para poder moverse y sus motores eléctricos de 400 kW funcionaran. Además, toda la carrocería y el chasis están fabricados con plástico reforzado con fibra de carbono que es más resistente que el acero y pesa la mitad.
El nivel de comodidad estaba diseñado para combinar con un sedán de lujo, con asientos ergonómicos, Internet de alta velocidad y multimedia para cada pasajero.
“Fue fascinante estar involucrado en algo así. ¿Cuándo tienes la oportunidad de trabajar en un proyecto tan excepcional? No todo el mundo estaba de acuerdo y algunas personas estaban completamente en contra. Pero eso es vida. Solo tienes que seguir adelante. Nuestro plan era construir un prototipo a gran escala, una prueba de concepto. Nuestras ideas no fueron más allá de eso. Al final, incluso logramos obtener una matrícula de la RDW (Autoridad de Vehículos de los Países Bajos). ¡Nunca habíamos soñado con eso!”, señalaba uno de los creadores de esta pieza de museo.
Obra de arte, porque el pesado vehículo de 8.000 kilos ha estado expuesto en el Museo del Transporte de Países Bajos.