Cómo reducir las emisiones más allá del tubo de escape con pintura de coche sostenible
Más allá de las especificaciones de producción que tienen los vehículos según su sistema de propulsión, hay muchos otros elementos que durante su fabricación contaminan el medio ambiente. Sin embargo, y con el objetivo reducir las emisiones, las marcas se están esmerando en introducir innovaciones en sus procesos de fabricación que contribuyan a detener el cambio climático...
Habitualmente valoramos la sostenibilidad de los vehículos por la cantidad de CO2 y otras partículas contaminantes que expulsan por el tubo de escape. Así, es frecuente que digamos que los eléctricos de batería o alimentados con pila de combustible de hidrógeno son 'cero emisiones'.
Sin embargo, esto no es del todo así, ya que si bien es cierto que mientras circulan estos vehículos no dañan por sí mismos a la atmosfera, no es así en todo su ciclo de vida útil -incluido su reciclaje- y en cómo se genera la energía que los alimenta.
Según un estudio de Volvo, fabricar un coche eléctrico contamina un 70% más que uno de combustión interna. Para llegar a esta conclusión, la marca comparó las emisiones que se generan en la producción de un C40 Recharge (un SUV eléctrico cupé) y un XC40 con motor de gasolina. La diferencia está, sobre todo, por el alto nivel de emisiones de carbono en la fabricación de las baterías y el acero, y a la mayor proporción de aluminio utilizado en el eléctrico.
Marcas que apuestan por materiales reciclados y sostenibles
Firmas como Audi y Ford están empezando a utilizar botellas de plástico recicladas para algunos componentes que se incorporan en el interior de sus coches. Incluso Seat ya ha puesto en marcha su prueba piloto de crear piezas a base de un material a partir de cáscara de arroz.
Otra marca que empieza sus primeros pasos con el intento de reciclaje y materiales sostenibles es BMW que ha informado que sus fábricas europeas han introducido una nueva pintura mate hecha con biomasa en lugar de petróleo crudo que es a lo que estaban hasta ahora acostumbrados a utilizar. El objetivo es mejorar la sostenibilidad y reducir las emisiones, pero aún hay un largo recorrido.
Por eso, las factorías de Leipzig (Alemania) y Rosslyn (Sudáfrica) utilizan también protección anticorrosiva de la carrocería producida de forma sostenible.
Y es que, las materias primas renovables, como los biorresiduos o los residuos de las plantas de tratamiento de aguas residuales, sirven de material de partida para las pinturas anticorrosivas y mates, que químicamente idénticas a las utilizadas anteriormente. Esto significa que tienen las mismas propiedades que los recubrimientos de carrocería fabricados convencionalmente.
Cuánto pueden reducir las emisiones de CO2
De este modo, en el proceso de fabricación sostenible, las emisiones de CO2 de la producción de pintura se puede rebajar más de un 40%. Así, si las dos plantas en Leipzig y Rosslyn producen una media de unos 250.000 vehículos al año, según sus cálculos, el ahorro de CO2 ascenderá a más de 15.000 toneladas de emisiones hasta 2030.
Usar las materias primas fósiles hace, de esta forma, que se conserven los recursos naturales y que, por ende, se ayude a reducir las emisiones.