¿Se pueden reclamar los daños causados en tu coche por un túnel de autolavado?
Cuando tienes un coche, tu obligación es prestarle unos mínimos cuidados. Entre ellos, el intentar mantenerlo limpio por tu seguridad vial. Para ello, hay quienes se quejan de falta de tiempo y tener que hacer esfuerzos, por ejemplo, a la hora de mantenerlo limpio. Por eso, por dejadez y el pasar de los días, la suciedad se apodera de sus coches. Pero existen túneles de lavado que vienen a ayudar a esos conductores...
Lavar el coche en un túnel de lavado parece una solución fácil y, sobre todo, cómoda, pero en algunos casos no es tan buena idea. Bien es cierto que estos túneles disponen de varios programas que permiten afinar el lavado.
No obstante, y a pesar de que han mejorado (mucho) sobre todo el material de las cerdas y muchos de ellos ya no son tan dañiños para la carrocería como solían ser, la verdad es que aún despiertan recelo entre los automovilistas y, rara vez, pueden igualar el resultado del lavado a mano...
Y es que no son pocas las personas que protestan y se quejan por ver su coche dañado tras el lavado o incluso con desperfectos que finalmente deben pagar.
Si llevas tu coche a un autolavado ¿Quién es el responsable de los daños?
Probablemente, la vía fácil salga, en ocasiones, más cara. No en vano, hay elementos de la carrocería de los vehíclos que se pueden ver dañados tras pasar por un túnel de lavado. Entre ellos sobresalen la antena, los espejos retrovisores o los limpiaparabrisas que son los que peor acaban.
En este sentido, a la organización Automovilistas Europeos Asociados (AEA) les ha llegado el conocimiento de que este tipo de situaciones ocurre, pero las personas afectadas no saben cómo actuar. Y llegan a la conclusión de que quien presta los servicios es el responsable de los daños y perjuicios a los consumidores y usuarios.
En cambio, si ellos demuestran que han cumplido con los requisitos reglamentarios, y han cuidado cada detalle, entonces no tienen culpa de lo que le ocurra al coche, así como indica el artículo 147 de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios.
Qué pasos seguir
En primer lugar, el titular del servicio de lavado es quien debe hacerse cargo de los daños causados. De ahí en adelante, deben analizarse los casos y en qué situaciones se indemnizan dichos daños.
Si las maquinarias no funcionan correctamente y provocan un destrozo la culpa es directamente del propietario del túnel de lavado. A pesar de ello, hay casos donde la empresa no quiere asumir las culpas, y se justifican ante el cliente.
De modo que es el cliente quien debe rellenar una hoja de reclamaciones en primera instancia amistosa y, si no obtiene respuesta satisfactoria, reclamar judicialmente.
Casos reales
Como hemos dicho anteriormente, un elemento que tiende a romperse en un autolavado es el parabrisas. En un caso real, tanto el centro como la aseguradora se negaron a pagar el importe de los daños causados a una clienta, justificando que ésta tenía ya un picotazo en la luna delantera.
No obstante, AEA se enfrentó a la aseguradora, aunque el cliente no tenía la razón. Efectivamente tenía un problema en la luneta delantera y además no había pasado la ITV dos años antes por esto mismo.
Sin embargo, el empleado del autolavado tenía que haber previsto lo que iba a ocurrir, y haber puesto en aviso a la clienta del riesgo en la rotura del cristal por la presión del agua. Por lo que finalmente, tuvieron que indemnizar a la afectada.
Otro elemento frecuente de romperse es el retrovisor. Hubo otro cliente que se quejo vía online a AEA sobre el centro, en el que explicaba que siguió las recomendaciones de plegar el retrovisor. Para AEA, el titular del servicio de lavado es quien debe hacerse responsable y que las instalaciones deben estar adecuadas para no causar daños.