¿Te impone tener que aparcar? Trucos para hacerlo de forma fácil y proteger la carrocería de tu coche
Con estos consejos mantendrás tu vehículo libre de raspones y abolladuras
Hay quienes son demasiado optimistas, y buscan meter un todoterreno en el hueco de un Smart. O quienes ven claramente como la columna se ha movido unos metros hacia su vehículo. Incluso quienes no tienen sistema de aparcamiento en su coche y aparcan ‘de oído’ en cuanto escuchan que han chocado con el de atrás. Para todos ellos van estos consejos.
Y aunque no seas uno de los casos de antes, aparcar puede ser una de las cosas más temidas por el simple hecho de estropear con un roce la carrocería de nuestro vehículo. Bien por exceso de confianza, por despiste, o por desconocimiento a la hora de tomar las referencias para entrar en la plaza, a veces se nos puede complicar la maniobra y acabar en el taller de pintura.
Si quieres evitar pasar por eso, te dejamos estos trucos para que aparques tanto en batería, línea y diagonal y que lo hagas sin miedo de tener que visitar el taller para volver a dejar tu coche en perfecto estado, o, simplemente, para que no añadas otro golpe a tu colección de ‘bollos’.
Aparcamiento en línea
En primer lugar, señaliza con el intermitente hacia qué lado vas a aparcar y coloca tu coche en paralelo con el de delante de donde vayas a aparcar, más o menos dejando con él una distancia de metro y medio. Sabrás que estás en paralelo cuando veas que vuestros retrovisores coinciden.
Después, empieza a dar marcha atrás con el volante recto, y cuando por la ventanilla de atrás de tu coche empieces a ver la esquina delantera contraria del vehículo aparcado detrás de nosotros (es decir, si aparcas en la derecha, por tu ventanilla de detrás derecha empiezas a ver su faro izquierdo). Ahí gira toda la dirección hacia el lado opuesto del bordillo (recuerda que vas marcha atrás, por lo que si el bordillo te queda a la izquierda tendrás que girar a la derecha y viceversa).
Cuando veas que el morro coincide con el retrovisor del otro coche, mete de nuevo primera y gira el volante esta vez hacia el lado del bordillo. Ahora, repite esto hasta quedar alineado con el coche de delante y de detrás. Si lo haces con cuidado te asegurarás no dañar la pintura de tu coche ni de los que tienes delante y detrás. Además, tampoco golpearás las puertas pues no tendrás coches que te molesten para bajar del vehículo.
Aparcamiento en batería
Como antes, señalizamos hacia qué lado vamos a aparcar y colocamos nuestro coche perpendicular a los que hay aparcados aproximadamente a un metro de distancia. Para alinearlo, haz que tu parachoques trasero quede en línea con coche que te quedará a la derecha al estacionar.
Luego gira todo a la derecha y empieza a ir marcha atrás prestando atención de que tu retrovisor no choque con el vehículo estacionado, así como tu parte trasera no toque con el vehículo del otro lado. Una vez hayas embocado el hueco, endereza la dirección y ve marcha atrás con el coche recto. Si es necesario, sal hacia delante y cuádralo en la plaza para poder entrar y salir del vehículo con facilidad. Aquí, tendrás que tener cuidado, pues al bajar del coche, si no has dejado suficiente distancia, al abrir la puerta podemos hacerle un picotazo.
Aparcamiento en diagonal
Este es el modo más sencillo de aparcar, por lo que solo tendrás que señalizar y dirigir el vehículo hacia el hueco del lado que quieras aparcar. Sin maniobras más que tener cuidado a la hora del giro, dejando suficiente margen para no golpear al coche que nos precede. Esto se evita abriendo un poco el radio de giro o tomando como referencia, por ejemplo, si aparcamos a la derecha, nuestro retrovisor derecho llegando a la esquina trasera izquierda del vehículo. En ese momento podremos girar con seguridad. Si es un aparcamiento a la izquierda tomaremos referencias de los lados contrarios.
La complicación de este aparcamiento viene al querer salir del estacionamiento, pues no tenemos visibilidad suficiente dado que tenemos que salir marcha atrás y puede que los coches de los lados nos tapen. Para sacarlo con seguridad y no dar a los coches de los lados, debemos dar marcha atrás recto hasta que nuestras ruedas de detrás lleguen a la esquina de atrás del coche de nuestra derecha.
Siguiendo estos consejos evitaremos una visita anticipada al taller y no tendremos que preocuparnos por la carrocería de nuestro coche.