¿Cómo será el primer Ferrari que no parece un Ferrari? Así es la carrocería y todo lo demás de su primer SUV
Es el primer todocamino diseñado por la marca del Cavallino
Cuando hablamos de Ferrari se nos vienen a la cabeza cosas como coches pintados de color rojo, diseños y carrocerías increíbles como la del mítico F40 o la tecnología de la más alta competición traída a los vehículos de calle. Pero nunca pensaríamos en un SUV si hablásemos de Ferrari. Hasta ahora.
La marca ha presentado recientemente su primer coche con una carrocería de estilo SUV, Ferrari Purosangue. Este SUV de apariencia es quizá el menos SUV de todo el segmento. De hecho, la marca italiana lo define como un deportivo con ruedas altas.
¿Cómo es el Purosangue?
Prácticamente, el SUV de Ferrari no es más que la carrocería de un cupé levantado. Es un SUV totalmente distinto a los demás que hay en el mercado, con un exterior muy deportivo, un interior lujoso y confortable. El Purosangue no renuncia a ser un Ferrari, con la diferencia de medir casi 5 metros de largo, más de 2 de ancho y casi 1,60 de alto y un gran maletero de 473 litros. Algo a lo que, desde luego, la marca no acostumbra a dotar a sus coches.
Lo que si acostumbran a tener los Ferrari, y es lo que hace al Purosangue realmente especial, es que bajo esa apariencia de “todocamino” familiar de lujo se esconde un motor V12 de 6,5 litros y 725 CV. ¿Quién dijo que un SUV no podía ser potente?
El modelo está plagado de detalles espectaculares en el diseño. Uno, en particular, está en el exterior de su carrocería, y es que han dotado a sus puertas traseras con apertura “suicida”. Esto tiene como objetivo facilitar la entrada y salida de los pasajeros a la par que se mantiene un conjunto compacto del vehículo. El chasis está fabricado en aluminio de alta resistencia y el techo se ha fabricado en fibra de carbono para aligerar peso. ¿Y quién dijo que no podía ser deportivo un SUV?
El Purosangue es rápido, bonito y sigue siendo un Ferrari, desmitificando el “aburrimiento” que supone conducir un SUV y llevándolo a un extremo más deportivo y radical. El único problema que presenta es su precio. 390.000 euros, algo casi prohibitivo para la mayoría de los mortales. Se sitúa así como el SUV de lujo más caro del mercado, por delante del Bentley Bentayga, 210.000 euros, el Lamborghini Urus 232.000 e incluso del Rolls Royce Cullinan, 290.000 euros.