La historia del Boxster, el modelo que salvó a Porsche de la quiebra

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Seguramente no lo sabías pero el Porsche Boxster fue el origen que explica el éxito actual de la conocida marca alemana. Hace 30 años este prototipo marcó un antes y un después para Porsche, y eso que desde el principio fue un producto despreciado por el fabricante de automóviles.

A veces se le tenía en cuenta como un modelo "menos Porsche" que, por ejemplo, un 911. Sin embargo, el paso de los años y de las generaciones acabó elevando al Boxster a un estatus muy superior. Incluso para los puristas de la conducción, llegó a convertirse en el coche de balance perfecto en términos dinámicos.

Hay que admitir que sin Boxster, la empresa alemana no habría tenido tanta continuidad. Para conocer esta historia tenemos que trasladarnos a principios de los años 90. Porsche estaba en un momento financiero crítico y no era viable con tres modelos que, por así decirlo, no compartían un solo tornillo: el 968, el 911 y el 928.

Entonces, surgió la idea de reducir costes conjuntando el desarrollo de los sucesores del 968 y del 911 (de la generación 993), para lo que Porsche pidió consejo a una experta en el asunto: Toyota. Aquí reside la razón de que los Porsche Boxster (986) y 911 (996) son idénticos desde el extremo delantero hasta las puertas.

Aquella idea comenzó a rondar las cabezas pensantes de Porsche en 1991 y, en 1992, ya había un equipo trabajando en el proyecto. El prototipo resultante se llamaría Boxster, siendo este término una contracción lingüística de bóxer (por la arquitectura del motor) y roadster (por la carrocería).

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El prototipo del Boxster, producido en una única unidad que descansa en el Museo Porsche de Stuttgart, suponía el retorno de Porsche a los deportivos de motor central, área que tenía abandonada desde 1976, cuando descatalogó el 914.

El diseño de la carrocería del Boxster se inspiraba en los míticos 356 Speedster y 550 Spyder y lucía un color plata que se combinaba con un interior en tono rojo.

El Porsche Boxster en su fase prototipo fue finalmente presentado en 1993 en Estados Unidos y el modelo de producción se demoró un poco, hasta finales de 1996, y se mantuvo en el mercado hasta que llegó la segunda generación del modelo (987), en 2005.

El Boxster definitivo presentó unas cuantas variaciones cosméticas respecto al Boxster prototipo, pero mantuvo las mismas proporciones, el escape central y una forma similar en los faros y pilotos. El interior sí que recibió más cambios, puesto que el del concept era quizá demasiado transgresor. No se reprodujeron la palanca de cambio de engranaje a la vista o los aireadores de la climatización en el túnel central, aunque sí la cúpula flotante de la instrumentación.

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