Reliant Scimitar Hardtop Convertible: el descapotable que convirtió el aluminio en arte
Cuando se piensa en los coches más elegantes de la historia, pocas imágenes resultan tan sugerentes como la de un descapotable negro con carrocería de aluminio cepillado, cromados relucientes y un interior rojo impecable. Así es el Reliant Scimitar Hardtop Convertible, un modelo nacido a finales de los años 50 que no solo derrocha sofisticación desde cualquier ángulo, sino que representa una pieza clave en la historia del diseño industrial aplicado al automóvil.
Un coche, una idea, un diseñador visionario
Este singular descapotable fue ideado por Brooks Stevens, uno de los diseñadores industriales más influyentes del siglo XX. Stevens era conocido por convertir objetos cotidianos en declaraciones de estilo, y el Scimitar no fue la excepción. De hecho, su silueta está inspirada en una cimitarra, la elegante espada de hoja curvada originaria de Oriente Medio, símbolo de dinamismo y precisión.
El Reliant Scimitar de 1959 no fue un proyecto comercial al uso, sino una apuesta de la empresa Olin Mathieson Chemical Corporation para demostrar las posibilidades del aluminio en la construcción de vehículos. A través de este coche —y otros dos prototipos de la misma serie—, la compañía pretendía exhibir sus capacidades tecnológicas de forma impactante.
Carrocería de impacto: más que aluminio, una obra de arte
Aunque no estaba construido completamente en aluminio, el Scimitar destacaba por paneles laterales y frontales de aluminio cepillado, integrados en una carrocería que combinaba líneas afiladas con curvas sofisticadas. El frontal incluía una imponente parrilla vertical en forma de V, mientras que las puertas y los embellecedores laterales dibujaban un patrón curvado que evocaba la hoja de la cimitarra.
En la parte trasera, los prominentes guardabarros en forma de V y las tres luces circulares a cada lado —inspiradas en el Chevrolet Impala de 1958— reforzaban su estética atrevida. Todo el conjunto reposaba sobre el chasis de un Chrysler New Yorker, con el que compartía también el interior y la mecánica.
Mecánica poderosa y alma de clásico
Bajo el capó, el Scimitar ocultaba un motor Golden Lion V8 de 6.8 litros y 350 CV, el mismo que equipaban algunos modelos de lujo de Chrysler en esa época. Esta configuración no solo garantizaba unas prestaciones sobresalientes para su tiempo, sino que le confería un rugido profundo y elegante, en perfecta sintonía con su aspecto exterior.
La versión más deseada: el Hardtop Convertible
De los tres prototipos originales, el que más fascinación genera es el Hardtop Convertible: un descapotable de dos puertas con techo metálico retráctil, que combinaba la elegancia de un cupé con la libertad de un cabriolet. Su diseño limpio y proporcionado, sin marcos visibles ni interrupciones visuales, lo convierten en un verdadero espectáculo visual, aún hoy.
Este ejemplar, restaurado con mimo y exhibido actualmente en el Petersen Automotive Museum de Los Ángeles, deslumbra con su acabado impecable: pintura negra profunda, detalles cromados brillantes y un habitáculo en cuero rojo que parece recién salido de fábrica.
Un diseño que sobrevive al tiempo
Pocas veces un coche clásico transmite tanto con tan poco. El juego de contrastes entre el aluminio cepillado y la pintura oscura, la armonía de las líneas curvas con los detalles angulosos, y la sensación de movimiento en reposo hacen del Scimitar una obra maestra del diseño.
El tiempo no ha hecho más que aumentar su valor simbólico y estético, y su carrocería sigue siendo un referente en términos de elegancia, proporción y vanguardia. Este descapotable no solo forma parte de la historia del automóvil, sino que también representa una lección magistral sobre cómo un acabado puede definir la identidad de un vehículo.
¿Y si tu coche también brillara como el Scimitar?
Mantener una carrocería impecable y un acabado digno de exposición no es exclusivo de los clásicos de museo. La estética de tu coche dice mucho de ti, y contar con una pintura cuidada, sin arañazos ni imperfecciones, puede transformar por completo su apariencia y prolongar su vida útil.