A veces, reparar automóviles es una profesión arriesgada
[caption id="attachment_1391" align="alignright" width="266"] La suerte ha querido que el coche que estaba siendo reparado tenga que pasar por chapa y pintura.[/caption]
Mala pata la de este mecánico. Pero, afortunadamente, todo quedó en un susto y no hubo que lamentar mayores consecuencias. Es la historia de un mecánico que hace unos días, cuando ponía a punto un coche adaptado para conductores con movilidad reducida, se precipitó al suelo desde tres metros de altura en Galdakao (País Vasco) para acabar aterrizando, del revés, sobre otro automóvil.
El vehículo salió disparado desde la ventana del piso superior del concesionario en el que estaba siendo reparado. Después de superar un desnivel de más de 3 metros, aterrizó sobre otro automóvil que se encontraba en el aparcamiento. El resultado, dos vehículos que necesitarán de las manos de un buen equipo de profesionales de la carrocería y un mecánico contusionado, pero consciente, que tuvo que ser trasladado al hospital para el preceptivo chequeo. Por fortuna, eso sí, su estado no revestía gravedad.
Al parecer, al tratarse de un vehículo adaptado, las palancas del automóvil funcionan de forma diferente a las de un vehículo común. Este parece el motivo que ha provocado el desaguisado que, pese a no revestir mayores consecuencias, ha captado la atención de los medios locales.
Superado el susto, esperamos que el improvisado protagonista de la historia, se recupere pronto.
La de mecánico, definitivamente, no es una profesión ajena a las sorpresas. De ahí la importancia de controlar al máximo los riesgos en el taller.