Según la tradición, los automóviles de competición llevaban un color determinado en función del país de origen del equipo. Así, el azul era el color para la carrocería de los coches franceses; los alemanes debían ir pintados de blanco o plata; el color de los británicos era el verde y en cuanto a los italianos el rojo, el Rosso Corsa, era el color de su pintura.

El repintado del vehículo es cosa de profesionales. Si dejamos este trabajo en manos inadecuadas, el resultado será poco satisfactorio y seguramente acarreará problemas. Y es que, para obtener acabados impecables, es necesario recurrir a productos de máxima calidad y realizar cada proceso de manera correcta, respetando los tiempos de aplicación y secado.

Parece que hay un tendencia clara: los jóvenes quieren vehículos cada vez más personalizados, coches que reflejen su forma de ser y de ver el mundo.

No se sabe muy bien de dónde le vino la idea a Lin Shih-Pao, un artista taiwanés, pero una carrocería, un panel de madera y 25.000 teléfonos móviles después, éste es el resultado.

El Nissan Juke fue lanzado en el año 2010, tan sólo un año después de la presentación de su prototipo en el conocido Salón del Automóvil de Ginebra de 2009. Y ahora, el fabricante nipón nos propone una versión en papel. ¿Quieres saber por qué?