¿Cada cuánto tiempo conviene 'dar una ducha' a nuestro coche?

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El cuidado de la carrocería de nuestro vehículo empieza con realizar una conducción prudente y respetuosa y también con lavarla periódicamente para evitar que todos esos agentes que la deterioran no hagan estragos.

Mantener el coche limpio es bastante más importante de lo que parece, ya que un coche limpio implica tener un vehículo con la carrocería sana. De este modo, la cuestión no pasa por someterlo a una 'ducha diaria', porque tan malo es pasarse como no llegar, pero sí cuidar que la suciedad no se acumule más de la cuenta, pues el polvo, los excrementos de las aves, la resina de los árboles y otros elementos deteriora la carrocería

Con principal consejos: el lavado semanal

Entonces, ¿cada cuánto se tiene que lavar un coche? La recomendación de los expertos de CertifiedFirst es realizar un lavado a la semana, a mano y con productos específicos. No obstante, la realidad dista mucho de llegar a lo aconsejable.

Según las estadísticas, los clientes más asiduos de los negocios de lavado —los del rango entre 25 y 68 años— acuden con una frecuencia entre 15 y 30 días en el lavado a presión, mientras que en el lavado automático, la frecuencia se reduce a entre 15 y 20 días.

Si no es posible realizar el lavado semanal que aconsejan nuestros expertos, conviene tener en cuenta ciertos factores para, al menos, cumplir cada poco tiempo con nuestro vehículo y 'darle una ducha'.

Entre esos factores que pueden marcar picos de aceleración o desaceleración en la frecuencia con la que lavemos nuestro coche, hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas a los que se enfrenta la carrocería de nuestro vehículo.

De igual forma, vivir en zonas costeras, por el salitre, o montañosas, por las nevadas y la mayor presencia de sal en carretera en los meses más fríos, son otros factores que pueden aumentar la frecuencia del lavado.

También, otro factor determinante será si el vehículo duerme a la intemperie o a cubierto ya que, de lo contrario, quedará a merced de las excrementos de pájaros, del polen...

Consejos para un correcto lavado

Lavar bien y con frecuencia el coche no es solo cuestión de estética. Así no sólo lograremos que luzca como el primer día, también contribuiremos a alargar la vida de la pintura de la carrocería y a que funcionen correctamente los faros, sensores y cámaras que equipan los vehículos más modernos.

Carrocería

Si optas por el lavado a mano, enjabona la superficie externa con una esponja empapada con agua y jabón específiico que no sea agresivo para la pintura y la capa de cera y barniz que la recubre (olvida el lavavajillas). Una vez enjabonado el coche, aclara con agua abundante y seca la superficie con una bayeta microfibra. Gracias a su gran capacidad de absorción, estas bayetas evitan las manchas que se producen cuando el agua se evapora.

Cera

Cada 4-6 meses (o si prefieres, 2/3 veces al año) aplica cera a la pintura. Hay ceras naturales y sintéticas. Las ceras naturales están especialmente recomendadas para las pinturas de tonos oscuros, ya que proporcionan mayor profundidad al color. Si nuestro coche es de tono claro, le podemos aplicar una cera sintética, que además cuenta con la ventaja de que es más duradera. En ambos casos, hay que utilizar un paño de microfibra para administrarla.

Cristales

A pesar del inestimable trabajo de los limpiaparabrisas, solo tendremos una luna totalmente impoluta limpiándola a mano. Para hacerlo, debemos enjuagarla con agua y jabón y secarla despues con un paño. Y cuando los cristales estén secos, aplicaremos limpiacristales y limpiaremos la superficie con una gamuza.

Limpieza interior

La aspiradora y la gamuza van a ser nuestras compañeras de trabajo para dejar el habitáculo bien limpio. Con la aspiradora limpiaremos las alfombrillas y la superficie de los asientos y dejaremos el trapo para limpiar las zonas plásticas, salpicadero, guantera y demás huecos. Si los asientos presentan manchas, debemos aplicar una espuma específica para tapicerías y frotarlos con una esponja o un cepillo.

Y para rematar el trabajo llantas, neumáticos…

Para limpiar las llantas lo mejor es que no estén calientes. Empezaremos por aplicarles un baño de agua para eliminar la suciedad más superficial y luego pasaremos una esponja ligeramente humedecida para sacar la suciedad más incrustada.

Y para los neumáticos, en el mercado hay productos específicos para abrillantarlos. Sin embargo, podemos optar por un remedio casero mezclando glicerina pura -de venta en farmacias- con agua destilada a partes iguales. Una vez tengamos la mezcla la introducimos en un pulverizador y aplicamos una pequeña cantidad en el flanco del neumático. Seguidamente, extendemos el líquido por todo el neumático y frotamos con una esponja.

La pintura y la carrocería tienen muchos enemigos silenciosos. Parece que “no pasa nada” por no limpiar enseguida el coche cuando está cubierto de barro o sal. Pero sí pasa: lenta pero irremediablemente la suciedad, la sal, los insectos o las cacas de aves atacan la carrocería y degradan la pintura.

Por eso cada automovilista debe vencer la pereza y lavar el coche cuando aprecie que es necesario. Y también reparar las pequeñas imperfecciones, rayitas y golpes lo antes posible.

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