¿Carrocería de cristal? Por qué este prototipo revolucionario no llegó a la producción en serie

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En los años 60, Lamborghini ya era una marca de deportivos muy reconocida. casi tanto como podía ser Ferrari. Y para contribuir a esa 'lucha' por el mejor deportivo italiano (y del mundo), la marca del toro lanzó en 1966 el Miura, un modelo que la llevó al éxito más rotundo. Sin embargo, tras el Miura, el fundador de la compañía, Ferruccio Lamborghini quería más y fue en busca de un nuevo modelo que debía ser totalmente futurista y cómodo para cuatro ocupantes...

En 1967, en uno de los Grandes Premios de la Fórmula 1 más importantes del mundo como es el GP de Montecarlo, Lamborghini mostraba al mundo, frente al Príncipe Rainiero III y la princesa Grace Kelly, un vehículo deportivo extravagante... Por aquella época, los coches de la marca ya contaban con mucho prestigio, pues la firma del toro se caracterizaba por la alta deportividad de sus modelos.

Es entonces, cuando Lamborghini presenta su modelo, de nombre Marzal, un coupé 2+2 (cuatro plazas) en el que toda su carrocería era de cristal (bueno, casi toda). Y a su vez, sus puertas eran transparentes y se abrían hacia arriba en forma de las alas de una gaviota.

Así era el 'Lambo' Marzal

Marcello Gandini, que por entonces trabajaba para el carrocero italiano Bertone, fue el ideólogo de este deportivo futurista y extremadamente atrevido. El Marzal finalmente se presentó al público en general en el Salón de Ginebra de 1967. El impacto de su enorme superficie acristalada no tardó en expandirse por medio mundo.

El coche cumplía con todos los requisitos establecidos por la marca: diseño de vanguardia, considerables dimensiones para que cuatro ocupantes viajaran cómodos, y toda la deportividad que inspiraba el Toro.

De este modo, entre sus características, destacaba por medir 4,45 metros de largo y 1,1 m de alto, y en vez de tener luneta, tenía una parrilla estilo de abeja donde se ubicaba el motor.

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Además, en su interior, había un tono rupturista; las butacas eran plateadas y el espejo retrovisor estaba apoyado en el salpicadero. Asimismo, el motor, de 6 cilindros en línea con 175 CV de potencia, se dejaba ver por el habitáculo: sólo un cristal a prueba de calor lo separaba de los asientos traseros.

No obstante, el Marzal fue tan revolucionario como efímero. El único ejemplar que llegó a producirse fue el prototipo que hizo su aparición en Ginebra y que tuvo aquella fascinante presentación en Montecarlo. A pesar de cumplir con los requisitos establecidos por el dueño de la empresa, su entrada a la línea de producción fue rápidamente abortada.

El mismo Ferruccio fue quien aparcó esa idea por la falta de privacidad del vehículo. Y es que no estaba de acuerdo con que se le vieran las piernas a las mujeres cuando se subieran al deportivo.

A pesar de 'guardarlo en un cajón', Lamborghini ha mostrado el Marzal en alguna ocasión, como hizo en Montecarlo en 2018 ante la mirada del hijo de Rainiero y Grace Kelly, el Príncipe Alberto.

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