¿Cómo era la carrocería del sucesor del Phaeton que nunca llegó a producirse? Volkswagen la muestra por primera vez
Así se hubiera visto por las carreteras la espectacular figura de la berlina de lujo del fabricante alemán
20 años hace nada más y nada menos desde que el Volkswagen Phateon pisó la carretera. Un coche destinado a subir el nivel de Volkswagen en cuanto a calidad y lujo. La berlina destacaba por su confort, su tecnología, sus acabados y su carrocería sobria a la par que vanguardista con la que la marca quiso competir con los grandes productores de este tipo de coches como BMW y Mercedes.
Hace dos décadas, el Phateon abría un camino para lo que sería el siguiente paso, que era la carrocería elevada de los SUV, y lo hicieron con el Touareg. Y más tarde, lo haría rememorando ese espíritu de berlina deportiva con el Arteon. Pero en 4 lustros pueden pasar muchas cosas, y antes de los modelos mencionados, Volkswagen nos privó de ver el espectacular Phateon 2 y su flamante carrocería. Hasta hoy…
La segunda versión del Phateon aún es admirada por el director de diseño de Volkswagen, Jozef Kabaň. “El coche sigue teniendo un aspecto muy atractivo y bellas proporciones, e impresiona por su palpable alta calidad y valor”, explica. Él, junto a Marco Pavone, yTomasz Bachorski, diseñaron el interior y el exterior del modelo, que aunque nunca llegó a producción sentó muchas bases de lo que es la alta gama en los modelos de la marca alemana.
El impresionante Phateon medía 5,06 metros de largo, 1,90 de ancho y 1,45 de alto. Con esas medidas en su carrocería podía competir con cualquier berlina de lujo del mercado. Pero no solo fue su tamaño lo que le hacía especial. Su diseño fluido con líneas de techo arqueadas le otorgaba un carácter atemporal y de aspecto visual discreto. Lo que más resaltaba en su diseño exterior eran los grupos de ópticas traseras, redondas e incrustadas en elementos retangulares de cristal.
Elegancia hasta decir basta
Su suave y poco ostentosa carrocería guardaba un interior del que brotaba elegancia por todas partes. Cromo, madera de hasta 30 capas y cuero. Tres materiales que envolvían cualquier elemento del coche que necesitase un toque de distinción, desde la palanca de cambios, que bien emular a la de un yate atracado en los Emiratos hasta los respiraderos del aire acondicionados, forrados en madera y de abertura electrónica y automática.
El lujo tenía que destacar en el Phateon por encima de todo, y para ello, Volkswagen solo podía permitirse construirlo en su planta de producción más espectacular, la Fábrica de Cristal de Dresden.
El Phateon se ensamblaba a mano casi al completo por operarios vestidos de impoluto blanco. Lujo por dentro, por fuera y hasta en la planta de montaje.