El Bugatti Veyron Grand Sport Vitesse es, sin duda, un símbolo de la excelencia automovilística, pero en esta ocasión, su singularidad va más allá de su impresionante velocidad y su diseño sofisticado. Se ha descubierto que los paneles de carrocería de aluminio fresado que adornan este superdeportivo son tan extraordinarios que su coste supera al propio vehículo, cuya valoración ronda los 2,5 millones de dólares. En esta publicación, explicamos cómo estos paneles no solo elevan el valor del coche, sino que también marcan un hito en la industria automovilística, resaltando la importancia de la calidad y el acabado en la carrocería de los vehículos.

La tecnología que existía hace más de setenta años para construir la carrocería de los vehículos no era ni mucho menos tan avanzada como la que disponen los fabricantes para diseñar las diferentes, angulosas y exactas líneas de la carrocería de sus coches. Y una prestigiosa marca fabricaba sus primeros modelos con esta pieza para dar forma al aluminio

¿Cómo sería un coche eléctrico diseñado para obtener la máxima eficiencia posible? Precisamente ese era el objetivo que perseguía el fabricante alemán Mercedes con su Vision EQXX: crear un eléctrico capaz de consumir la mínima energía posible. Y es que, este prototipo anuncia una autonomía de más de 1.000 kilómetros y un consumo por debajo de los 10 kWh/100 km ¿Cómo lo consigue? ¿Tiene algo que ver su carrocería?

¿Alguna vez has visto un coche desnudo? Sin su pintura, sin su piel, el chasis al descubierto. Es complicado, porque esa imagen está solo reservada a unos pocos privilegiados como los ingenieros, diseñadores y los montadores de las firmas automovilísticas.

¿Sabías responder cuáles son los ingredientes de la receta de fabricación de tu coche? Realmente, hay muchas variables y la primera de ella es saber la edad del mismo, porque las carrocerías han sufrido muchas evoluciones.