La nieve, salvo excepciones, suele ser bienvenida, si bien para muchos conductores supone un problema, no sólo a la hora de circular sino también en el momento de tener que "desenterrar" el coche cuando, de repente, una buena nevada lo ha dejado sepultado. Entonces, llega el momento clave, sobre todo, si no corre prisa usar el coche ¿lo dejamos bajo la nieve esperando a que se derrita o nos ponemos manos a obra y retiramos la nieve?

¿Alguna vez te has encontrado una capa de hielo, más fina o más gruesa, sobre el parabrisas del coche? ¿Sobre la luna trasera?

¿Una nevada ha dejado tu coche cubierto de un manto blanco... de hielo y nieve? Bonita imagen, pero poco práctica… y peligrosa para la salud de la carrocería de tu vehículo si no tomas las medidas adecuadas.