¿Un vehículo que combina un motor de hidrógeno y motores eléctricos y cuya carrocería ha sido pintada con una pintura que convierte la luz solar en electricidad?
Vimos hace algún tiempo los estragos que la playa -el salitre, la humedad, la arena...- puede causar en la carrocería del coche si no se toman las medidas oportunas, pero los árboles también pueden producir algún problemilla estético en tu automóvil. ¿La responsable? La resina.
¡Pero si sólo es agua!, estarás pensando. Y el agua es buena, con ella limpiamos el coche, por ejemplo. Pero el agua de la lluvia no viene sola, sino que está acompañada de otros factores que pueden acabar por dañar la pintura de tu coche.
Los dragster están considerados como auténticos “monstruos” de la automoción, diseñados y fabricados para acelerar y dejarnos a los demás tras la estela de polvo que levantan sobre la calzada. Pero, ¿qué ocurriría si unimos el corazón de un dragster, su chasis, con la carrocería de un sedán? Toyota lo ha hecho. Y éste es el resultado.
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