Con el verano, nuestra exposición intensa e intermitente al sol puede acarrear problemas en la piel que debemos evitar con una adecuada fotoprotección. Y es que una buena protección solar (utilizando, por ejemplo, crema solar con el factor de protección adecuado), es imprescindible para evitar graves enfermedades. Del mismo modo, la prolongada exposición al sol y las altas temperaturas pueden afectar a la ‘piel’ de nuestro coche: su pintura.

Para que la carrocería y la pintura del coche luzcan bien por más tiempo, es necesario que los automovilistas nos comprometamos a cuidar la pintura del automóvil durante todo el año. Cada época, cada estación, tiene sus particularidades. Si en invierno, lluvia, granizo y barro suelen ser los que más quebraderos de cabeza traen, la primavera es una explosión de naturaleza preciosa, pero que debe ser contenida…

Seguro que conoces el refrán: Más vale prevenir que curar. Pura sabiduría popular perfectamente aplicable al cuidado de la pintura del coche. De hecho, es un clásico entre nuestros consejos para proteger la pintura del coche: evitar exponer la pintura del coche a factores y elementos que puedan dañarla. Pero sabemos que no siempre esto es posible y por suerte casi todo tiene solución…

Dicen que la piel humana es un órgano. De hecho, el más extenso. Y aunque a menudo nos olvidamos de ella, requiere de cuidados. Sufre enfermedades. Acusa el paso del tiempo. Todos tenemos algún producto cosmético para cuidarla e incluso embellecerla. Alguna crema para hidratarla.  Otra para protegerla del sol. Algún agua de colonia para refrescarla y que huela bien. Pomadas para combatir problemas momentáneos. Si extrapolamos esto al mundo del motor, podemos decir que el coche también tiene piel. Que es un organismo y, como tal, requiere cuidados. Cuidados en su interior, para que la máquina funcione. Pero también cuidados en el exterior, en su piel.

Como automovilista, seguramente sabes que una buena rutina de limpieza semanal es el punto clave para mantener en buen estado la pintura. Limpieza y un poco de suerte (o mucha suerte) para ayudarnos a evitar al máximo los avatares a los que está expuesta la pintura del coche, como el sol, golpecitos de piedras, sal, arena, excrementos de pájaros, resinas, golpes de chapa… Sin duda, el lavado es el punto clave y la tarea de mantenimiento de la pintura que con más frecuencia debemos realizar. Pero no es la única. El encerado del vehículo es otra operación de mantenimiento de la pintura. Más profunda y exigente, pero que debe realizarse cada menos tiempo.