Es por todos sabido que los coches de policía (como los de cualquier vehículo de índole oficial) suelen vestir de rigurosa etiqueta. Blanco y negro es la combinación que más solemos ver para los vehículos policiales, así como los coches de bomberos los pensamos siempre en color rojo o sabemos que los taxis de Nueva York son amarillos.

¿Te imaginas que el Gobierno pudiese obligarte a elegir el color para tu coche? ¿Qué no importase tu gusto personal, sino que fuese un político quien te impusiese el color para la pintura del vehículo? Algo así estaría pasando en la república asiática de Turkmenistán.

No es la primera vez que nos fijamos en prensa en trabajos de pintura destinados a dar gato por liebre. La picaresca también utiliza el repintado del vehículo para hacer de las suyas, y no sólo para devolver la belleza a un automóvil cuya pintura o chapa están desmejoradas.

¿La pintura de tu coche ya no es lo que era? ¿Hace que tu coche parezca más feo? ¿Quizás más viejo y descuidado? A veces, incluso siguiendo el ritual de lavado del vehículo una vez a la semana, no conseguimos evitar el deterioro de la pintura del coche. Esto es porque no podemos evitar al 100% que se produzcan daños y agresiones en la pintura del automóvil: son demasiados los factores que juegan en este sentido.

Y que nadie se ofenda por lo de ‘juguete’: sabemos que para muchos aficionados al motor y coleccionistas los pequeños ‘Hot Wheels’ son auténticos objetos de culto. Aunque no todos los cuidan igual de bien y, ya se sabe, si no cuidamos la carrocería del coche, aunque sea la de un Hot Wheel, con el tiempo la pintura sufre estragos.