Lo sabes: cuando contratas un seguro de automóvil para tu coche por primera vez, la compañía aseguradora hace preguntas. Preguntas como la edad del coche, el color, si ‘duerme’ en garaje… Aunque los factores relativos al vehículo no son los únicos que las entidades aseguradoras tienen en cuenta.

Desde Iowa (EE.UU) llega esta simpática historia de un robo que acaba muy bien para el propietario del coche y muy mal para el ladrón… ¡Y todo gracias a un mal trabajo de pintura! Todo empezó cuando Steve Salasek notó que su réplica de un Ford GT40 de 1966 no estaba en el garaje acostumbrado en Marshalltown. Realizó la denuncia sin grandes esperanzas, pero algo jugó a su favor: el coche estaba pintado de un poco discreto color amarillo. Y además era un modelo no muy habitual, de esos que llaman la atención (sobre todo si están pintados de un color llamativo, como era el caso).

Buscar aparcamiento… A veces misión imposible (sobre todo en las grandes ciudades). A veces dolor de cabeza. Plazas pequeñas, estrechas, columnas malintencionadas en los garajes e incluso en los parkings de pago… Y además, para la mayoría una gran pérdida de tiempo. Y de dinero…

Ha ocurrido en la provincia de Orense, donde, por otro lado, los accidentes con jabalíes son bastante frecuentes de hecho. A lo largo de 2016 se registraron en total 655 accidentes por colisión con jabalí sólo en esta provincia, lo que supuso una media de 54 casos cada mes… y el 60% del total de los siniestros en la zona. El caso que nos ocupa ha saltado a la prensa porque parece saltarse la norma de que un automovilista que atropella a un animal de caza es el responsable del incidente.

Estamos acostumbrados a las carrocerías lisas y relucientes. Pero, ¿y si damos un toque distinto a la carrocería con pequeños detalles en relieve? Es la propuesta de DS con su edición limitada Dark Side.