Soñar un color es posible. Crearlo es apasionante. Y disfrutarlo, aún más. Por eso nos encanta ver cómo los fabricantes ‘rizan el rizo’ en la búsqueda de nuevos colores que nos emocionen y seduzcan a los automovilistas. ¿Creías que estaba todo inventado? Puede que sí, puede que no…

¿Pueden las marcas contribuir a hacernos más felices? La despensa, una agencia de publicidad, y la consultora QUID, han elaborado un estudio para descubrir si existe un triángulo amoroso entre los consumidores, las marcas y la felicidad. Y parece que lo hay: el 56% de los encuestados consideran que en efecto las marcas sí tienen la capacidad de hacerles un poquito más felices. Incluidas las marcas de coches, por supuesto.

Y no, no es una leyenda urbana. Es algo real que les ha pasado a muchos automovilistas que han puesto el chorro de la manguera de lavado a presión demasiado cerca de la pintura. Pero, ¿por qué ocurre esto? ¿Le puede pasar a cualquiera?

La zona geográfica en la que se reside, y por la que se conduce, influye en el número de partes que se dan a la compañía aseguradora, entre otros factores. Es una de las conclusiones del I Estudio Nacional del Buen Conductor que ha elaborado el comparador Acierto sobre una muestra de más de 1 millón de conductores en nuestro país.

Diferenciarse a través del color del vehículo está de moda. Son frecuentes las noticias en las que alguna celebrity o empresario de éxito hace distinguir su última adquisición automovilística (que suele ser algún exclusivo modelo) con un trabajo de pintura totalmente personalizado. Sí, son buenos tiempos para los amantes de la exclusividad, la personalización… y el color.