El día que el Papa recorrió Barcelona a bordo de un SEAT Panda
No todos los días un coche fabricado en España entra en la historia del Vaticano. Pero eso fue exactamente lo que ocurrió en 1982, cuando SEAT fue la marca elegida para adaptar un papamóvil para la visita de Juan Pablo II a nuestro país. Lo más sorprendente de todo es que el modelo seleccionado fue un modesto SEAT Panda, un coche urbano sencillo que, con ingenio y habilidad, se convirtió en un vehículo digno de un pontífice.