Año tras año vemos cómo la paleta de colores que triunfan para los automovilistas se repite. Sí, los todopoderosos colores blanco, negro y gris plata parecen imposibles de desbancar. Pero en la publicidad de coches la realidad es otra…

1966 fue un año muy especial para Ford: resultó triunfador en la prestigiosa prueba de las 24 horas de Le Mans, de la mano de Bruce McLaren y Chris Amon, quienes conducían el vehículo ganador, el Ford GT40 Mark II que derrotó al todopoderoso Ferrari.

Las tendencias en lo que a color del automóvil se refiere nos llegan habitualmente de Norte América. Sin embargo, en los últimos tiempos las sorpresas son más bien escasas. Mientras las posibilidades de trasladar a la pintura del coche colores diversos se incrementan, los automovilistas parecen concentrar año tras año sus preferencias en tres colores: blanco, negro y gris plata, según reflejan diversos estudios.

Para gustos los colores, cuenta el dicho. Pero, más que de gustos, el color apela a las personas, a sus emociones, a cómo sienten, a cómo quieren ser percibidas… Aunque, a la hora de elegir el color del coche, normalmente no sólo tenemos esos aspectos en cuenta. Hay otras cuestiones más prácticas que atañan a temas económicos, de seguridad, confort…

¿Problemas al aparcar?  Parece que en nuestro país son relativamente frecuentes y que son la causa de una parte importante de las visitas al taller… de chapa y pintura, claro.