“¡Cómo hemos cambiado!”, podría decirle un automóvil de los de la “primera hornada” al “coche del futuro” del que te hablábamos
aquí, si se encontrasen. Y es que,
mientras ahora hablamos de carrocerías “cambiantes”, que se adaptan a las circunstancias, los primeros automóviles tomaban como referente a los tradicionales coches de caballos e imitaron sus formas.