Seguramente alguna vez hayas presenciado una lluvia de barro. Sí ese fenómeno meteorológico en el que, tras un episodio de lluvia, las calles y especialmente coches y mobiliario urbano se ven envueltos en una capa superficial más o menos gruesa de barro y arena. 

No es nada nuevo si decimos que los viajes por carretera son más frecuentes en verano. Millones de españoles aprovechan sus vacaciones para desplazarse a otros lugares lejos de su residencia habitual en busca de un merecido descanso.

¿Sabías que un coche sucio y descuidado puede afectar a nuestra salud y, sobre todo, a nuestra seguridad vial? Y es que mantener el coche limpio no solo es cuestión de higiene, sino de conservación y hasta de seguridad ¿O es que unos cristales sucios (también por dentro) contribuyen a mejorar la visibilidad?

Aparcar a la sombra es uno de los 'retos' de cualquier conductor o conductora, especialmente, en verano. Proteger el coche del sol y las altas temperaturas es casi una obsesión para muchos automovilistas, que llegarán a dar vueltas y más vueltas hasta encontrar un hueco protegido del sol. Sin embargo, conseguirlo puede tener 'daños colaterales'...

Con el verano, nuestra exposición intensa e intermitente al sol puede acarrear problemas en la piel que debemos evitar con una adecuada fotoprotección. Y es que una buena protección solar (utilizando, por ejemplo, crema solar con el factor de protección adecuado), es imprescindible para evitar graves enfermedades. Del mismo modo, la prolongada exposición al sol y las altas temperaturas pueden afectar a la ‘piel’ de nuestro coche: su pintura.