El verano es la época para viajar por excelencia. Y cuando lo hacemos en coche no suele ser, precisamente, para hacer pocos kilómetros. Sin embargo, apenas un centenar son suficientes para que una 'nube' de insectos se quede pegada al parabrisas y la carrocería de tu coche. Quitarlos no es tarea sencilla, sobre todo, si no queremos provocar desperfectos tanto en el cristal como en la pintura...

Los meses de julio y agosto son perfectos para salir a disfrutar del buen tiempo y hacer escapadas con el coche a la playa o la montaña. Pero no todo son ventajas a la hora de ir en coche en verano, Así, una de las cosas más odiadas por los conductores es el calor que se acumula dentro del vehículo cuando no queda más remedio que dejarlo aparcado al sol.

El Libro Guinness de los Récords acoge casi cualquier cosa, desde asombrosas hazañas, hasta verdaderas joyas de ingeniería. Si te asomas a sus páginas es posible que un vehículo en especial llame tu atención, y no por ser un artículo de coleccionista, que también, sino por ser el automóvil más grande del planeta...

La pintura de los coches está expuesta a todo tipo de agentes externos que pueden degradarla, especialmente si pasa mucho tiempo a la intemperie. Uno de sus mayores enemigos viene caído del cielo: las deposiciones de pájaros. Para mitigar el impacto de todos esos 'enemigos', fabricantes de vehículos y de pinturas desarrollan recubrimientos resistentes y duraderos que protejan la carrocería, mientras ésta mantiene su aspecto original durante más tiempo ¿Cómo lo hacen?

En plena desescalada de la crisis del coronavirus, el coche va  recuperando protagonismo. Así, el vehículo privado ya es para muchos conductores la opción preferente de movilidad para evitar el transporte público. De este modo, y para que ese 'escudo' de protección frente al virus que será el coche no pierda eficacia, conviene mantenerlo limpio y desinfectado, pero ¿cómo hacerlo correctamente?