Todo automovilista es consciente de que un coche necesita de ciertas operaciones de mantenimiento para que funcione correctamente y el paso de los años y los kilómetros no se note tanto.

Muchas veces recordamos los coches de la pequeña y la gran pantalla: están la memoria de casi todos nosotros.

Lo hemos leído en CarBuzz: los automovilistas rusos parecen estar tan orgullosos de su presidente, Vladimir Putin, que es frecuente que lo incorporen a la carrocería de sus vehículos.

En ocasiones, tan sólo pensamos en pintar ciertas partes del coche, como por ejemplo, un alerón, el parachoques delantero o el trasero, una puerta, el maletero, el techo…

El escenario ideal es no tener que rellenar nunca un parte para el seguro. Pero a lo largo de la vida de un automovilista es habitual tener que dar varios partes, sobre todo por esos pequeños e incómodos golpes de chapa, que no son graves para las personas, pero que sí producen daños de diversa consideración en el vehículo.