
Corría el año 1944 y la cruenta Segunda Guerra Mundial daba sus últimos coletazos. El 6 de junio se había producido el famoso Desembarco de Normandía, pero en septiembre el fabricante de automóviles
Volvo se atrevió a organizar una exposición en el Royal Tennis Hall de Estocolmo donde promocionaba todos sus modelos… y presentaba lo que una revista sueca denominó como
“palomas de la paz de Volvo”. Y esas “palomas” no eran más que
dos nuevos modelos que pretendían ser el símbolo de una nueva época. Una época que estaba a punto de llegar, tras el final de la guerra.