Arañazos, abolladuras, aparición de óxido, pérdida de brillo y/o color... Son muchos los motivos que te pueden llevar a necesitar que te pinten el coche al taller. Si bien puede parecer una operación sencilla, pintar un coche no es tan fácil como parece... Por eso, es fundamental que confíes en profesionales como los de los talleres CertifiedFirst que te aseguren trabajos de la máxima calidad.

Alerones y paragolpes prominentes, llantas exclusivas, colores llamativos, modificaciones en las suspensiones, en la mecánica, sustitución de asientos, del volante… Es lo que se conoce como tuning o tuneo, coches personalizados, incluso, hasta el extremo de ser únicos e irreconocibles respecto a su 'gemelo' de serie ¿Se puede hacer sin problemas cualquier modificación en tu coche?

Mantener el brillo de la pintura de tu coche como el primer día no es tarea fácil. A pesar de que practiques un buen mantenimiento de la carrocería —lavándola frecuentemente, evitando (y eliminando rápidamente) los restos de sal, arena, excrementos, insectos... —, el paso del tiempo o un golpe, te obligará antes o después a pasar por el taller para la reparación de alguna pieza o un repintado completo. Entonces ¿sabrás identificar un buen trabajo de pintura en tu coche?

Aparcar el coche es una de las maniobras que más detestan muchos conductores. No en vano, es uno de los momentos de la conducción más complejos y, de hecho, es cuando más posibilidades tenemos de acabar dañando la pintura (y la carrocería) de nuestro coche. Por eso, conviene seguir unos básicos consejos que nos ayuden a efectuar esta maniobra con seguridad.

El número de golpes de chapa parece estar en tendencia ascendente. Así se deduce de los datos registrados en 2018: 1,93 millones de “golpes de chapa” (accidentes leves, sin daños personales) se registraron el año pasado, lo que supone un incremento del 0,11% respecto al año anterior. Además, el dato de 2018 refleja el mayor número de accidentes leves desde el año 2010. ¿Por qué es significativo este dato? Porque desde siempre se ha vinculado el número de golpes de chapa a la situación económica de un país. Con la crisis económica hay menos coches circulando y la siniestralidad cae, mientras que en épocas de bonanza económica sube.