La limpieza del coche es para muchos un mal necesario. Una tarea que se hace por obligación para mantener el coche más o menos limpio y a menudo más por imagen personal que por higiene. Pero la limpieza del coche es también muy importante en términos de seguridad vial y esto es olvidado por muchos conductores.

Desde hace algunos años el robo de piezas y componentes de coches parece haberse disparado. A los hurtos clásicos, como quitar el emblema del coche o los tapacubos, se ha unido el robo de piezas como los catalizadores o las llantas, llevados a cabo por bandas organizadas.

No es la primera vez que se localiza un coche destacable, por sorpresa, en algún sitio insospechado.

Uno de los hitos importantes de 2018 ha sido la reforma de la Inspección Técnica de Vehículos. La “nueva” ITV llegaba con aire duro, destinada a plantar cara a las manipulaciones de las emisiones, a mejorar la revisión de los sistemas eléctricos del vehículo y ser más exhaustivos en la revisión de los neumáticos. Pero, ¿y la carrocería y la pintura del coche?

Cierto es que las pinturas y carrocerías de los coches han mejorado muchísimo respecto a algunos años atrás. En los coches más modernos no es habitual encontrar aquellas profundas muestras de óxido que se apreciaban en muchas carrocerías hace años.